6 dic 2007

WAR FROIMOVIC



Ubicada en pleno 11 e Septiembre con Manuel Montt, mi oficina se acercaba bastante al concepto que yo tengo de un lugar positivo: cerca del metro, de las micros, puedo ir en bici, tiene vista y corre brisa en verano. Un arriendo medianamente bajo.
No. No lo pudieron dejar así. Al mismo tiempo llegaron los señores que se hacen llamar "Paz" (Si, como no) y el caballero Labbé (les tengo que explicar su curriculum? Búsquenlo en google) comenzando dos construcciones para "implementar" la zona con "una mejoría en nuestra calidad de vida".
Una es un estacionamiento subterráneo que es un buen negocio por todas partes: monopoliza la opción de dejar tu auto en la calle, la muni se lleva un porcentaje de los ingresos por parte cobrado, mantienen un altísimo precio fijo y además le permite a los chuchetas que lavan autos tomarse los mejores estacionamientos con la excusa que "estos son exclusivos para lavado, jefe".
No es que me encante la opción del pasta que te pide 2 lucas por cuidarte el auto, si no te lo raya, pero tampoco 3 lucas por un par de horas.
Malditos vicios sociales.
Por otro lado, una torre de ladrillo (como las hay por millones) en que viviran otros chorrocientos millones de personas en la entrada de lo que era un agradable paseo peatonal y que se ha transformado en el epicentro de la shit.
Ya no se pueden abrir las ventanas, tampoco cruzar la cale caminando porque la bloquearon con unos planchas de madera, el taco (quitaron una pista) es infernal, una grua roza mi ventana y los peatones... no tienen ninguna opción alternativa. Hay que aplaudir al señor Labbé por sus sabias decisiones inmobiliarias. Quiero ver como va a solucionar el flujo de gente.
Fantabuloso. Si en Ñuñoa me cagaron la oficina (entrando a robar 7 veces sin criterio alguno ni alarma que sirva), al parecer mi apacible vida en Providencia colapsa por el descalabro de un plan regulador. A la ciudad empresarial espero no volver a trabajar en un buen tiempo. al menos esto es el mundo real.

PD: Igual vivo en Lyon en un edificio grotesco que mató todo el look del barrio. Pero es bueno, bonito y barato. Y tiene lavadora abajo. Y una piscina. Parrilla no, pero tampoco pensaba usarla.